El Washington publicó recientemente un artículo sobre una investigación que demuestra que los huracanes con nombres femeninos matan más personas porque la gente no los toma en serio. En el estudio se analizaron seis décadas de índice de mortalidad por huracanes de acuerdo a su género en un lapso entre 1950 y el 2012. De acuerdo con la investigación, de los 47 huracanes más dañinos, aquellos con nombre de mujer produjeron en promedio el doble de muertes que sus contrapartes masculinas.
Claro, el estudio es interesante por sí mismo pero también llama la atención que la principal reacción ante los resultados es incredulidad ¿Es una nota de The Onion? Fue lo primero que me vino a la mente. Me encanta porque viene a demostrar lo insidioso que puede ser el sexismo. Qué idiota menospreciaría un huracán por su nombre, se preguntan muchos pero los prejuicios los tenemos tan arraigados, tan internalizados y aprendidos que a veces salen a la superficie inconscientemente.
Mucho del rechazo que he experimentado hablando con hombres sobre feminismo está basado en la noción de que si crees en la igualdad entre el hombre y la mujer no hay forma en la que seas sexista. El razonamiento es: “yo no le pego a las mujeres, no estoy en contra de que voten o trabajen” y concluyen que por ese motivo la lucha por la equidad de género les es ajena o peor, ya está ganada. Lamentablemente este no es el caso, hay muchos comportamientos y discursos que reproducimos sin darnos cuenta y son igual de perjudiciales.
Lo que más me interesa señalar cuando trato temas de género es que los hombres que violan, agreden y asesinan mujeres son solo la punta del iceberg. Detrás de ellos hay una cultura que valida las ideas que desencadenan en dicha violencia y todos estamos inmersos en esa cultura. Si la información que hemos recibido toda la vida siempre ha estado sesgada hacia un género, es natural (más no correcto) que perpetuemos estereotipos que discriminan, violentan y excluyen. Por eso también creo que es muy importante deshacernos de la noción de que sólo una persona mala (maligna, malvada) puede ser misógina. Aunque sí creo que sólo una persona ignorante e irresponsable no reflexiona sobre su propio privilegio.
Si registramos que somos parte de un sistema desigual, si entendemos qué significa y cómo funciona el sexismo internalizado y si reconocemos sus efectos en hombres y mujeres, entonces podemos hacer algo para mejorar. Sin una base de autocrítica en donde cuestionemos nuestro comportamiento y nuestros dogmas jamás podremos librarnos de todas estas creencias involuntarias que venimos cargando y no dejaremos de actuar por inercia, perpetuando actitudes tóxicas.
El estudio sobre los huracanes con nombre femenino es maravilloso porque no sólo es otro ejemplo de sexismo internalizado, sino que nos muestra con pruebas tangibles y sombrías las consecuencias de desfavorecer un género.